Pip, un niño huérfano y temeroso, tiene un encuentro aterrador con un preso evadido al que se ve obligado a llevar víveres y una lima. Poco después, es llamado a la tenebrosa mansión de una rica y reclusa dama para ser compañero de juegos de una niña seca, hermosa y altiva. Allí, el huérfano aprende por primera vez que sus manos son toscas y sus botas demasiado gruesas. Pronto, hereda una misteriosa fortuna que proviene de un benefactor secreto que desea convertirlo en un caballero.
Grandes esperanzas (1860-61), la penúltima novela de Dickens y sin duda una de sus obras maestras, no es solo una historia de grandes sueños y dramáticas adversidades, sino esencialmente, como dijo Chesterton, de grandes dudas, las del joven héroe entre la vida humilde, a la que debe todo, y la vida lujosa, de la que espera algo. La vergüenza y la culpa, el amor y la vanidad, el crimen y la cárcel son los leitmotiv de la crónica de una identidad que se pierde y se gana a través de una sorprendente peripecia que es como una anécdota del destino, irónica y grave a la vez