Luz de agosto (Nuevo)

William Faulkner, considerado como uno de los grandes maestros de la literatura moderna estadounidense. Nació el 25 de septiembre de 1897 en New Albany, Mississippi, Estados Unidos. Criado en el sur, en una familia de ascendencia sureña, Faulkner, se sumergió en la rica cultura y las complejidades sociales de la región, aspectos que más tarde influenciaron notablemente en toda su obra literaria. Después de una breve experiencia en la Real Fuerza Aérea Británica durante la Primera Guerra Mundial, regresa a su estado natal para dedicarse plenamente a la escritura. 

Aunque Faulkner comenzó su carrera literaria de manera modesta, fue con la publicación de su primera novela, Soldados en la lluvia, en 1926, que empezó a destacarse en el escenario literario estadounidense. Sin embargo, no fue sino hasta la llegada de El ruido y la furia en 1929 que Faulkner atrajo la atención crítica y empezó a recibir reconocimiento por su estilo innovador y su enfoque narrativo experimental. Estas obras marcaron el inicio de su consagración como una figura destacada en la literatura de su época. Marcadas por una exploración de la psicología de sus personajes y en el uso de técnicas narrativas complejas, como la narración múltiples perspectivas y el uso innovador del monólogo interior. 

Su estilo inconfundible captura magistralmente la esencia distintiva del sur de los Estados Unidos, especialmente evidente en obras como la ya mencionada El Ruido y la Furia, Santuario y Mientras Agonizo. Estas obras establecen los cánones de un enfoque que ha dejado una marca duradera en la narración y en la exploración de la complejidad de la psique humana, influyendo de manera imborrable en la literatura a nivel mundial. Como bien advierte Sabato, Faulkner demuestra una propensión a presentar la escurridiza realidad desde la perspectiva del sujeto. Su maestría para entrelazar la trama con la rica historia y cultura del sur estadounidense ha dejado una huella profunda en varias generaciones de escritores, contribuyendo de manera significativa a una comprensión más profunda de la identidad estadounidense.

A pesar de su fallecimiento el 6 de julio de 1962, el legado literario de Faulkner perdura, continuando su capacidad de inspirar tanto a escritores como a lectores. Su obra sigue siendo objeto de análisis y admiración, y su contribución al desarrollo de la literatura moderna sigue siendo innegable.