El iconostasio (Nuevo)

Pavel Florensky: Científico, pensador, filósofo y teólogo, nació en 1882 en Aevlach (Azerbaiyán). Estudió matemáticas en la Universidad de Moscú y, de forma autodidacta, lenguas clásicas y filosofía. Tras rechazar una cátedra de ciencias, realizó cursos de teología mientras trabajaba como ingeniero. En 1910 se casó con Anna M. Giacintova, con quien tuvo cinco hijos. A partir de la revolución de 1917, realizó tareas científico-técnicas encargadas por el nuevo Estado comunista y, en 1933, fue acusado falsamente de conspirar con el régimen. Encarcelado en el gulag en las islas Solovki, murió fusilado en 1937.

La vida y la figura intelectual de Florenski se inscriben en el periodo de la cultura rusa de principios del siglo XX, denominada Edad de Plata del pensamiento ruso espiritual y cultural. En este marco, su obra, tan amplia que abarca desde la filosofía, la teología, las matemáticas hasta el arte, es compleja y profunda. Abogaba por una filosofía integral que buscaba integrar diversos campos del conocimiento en una visión unificada y armoniosa. Creía en la importancia de los símbolos como medios para comprender la realidad profunda y trascendente. Plantea, además, que la humanidad tiene la opción de seguir un camino hacia la degradación o hacia la espiritualidad y la trascendencia. Todo esto se presenta en su obra fundamental La columna y el fundamento de la verdad y La idea rusa. Además, escribió Analítica del arte y El Iconostasio, donde plantea una teoría de la estética, devolviendo el espíritu, el contenido trascendente, al arte de los iconos. Un arte que ya para aquel entonces estaba perdiendo su profundo significado ontológico. Recupera una forma visual y la dota nuevamente de su profundo valor espiritual, filosófico y simbólico. La religión determina el culto, el cual influye en la manera de ver e interpretar el mundo, mientras que la cultura viene condicionada por la cosmovisión dominante de cada momento.

Su destacada genialidad intelectual y sus valiosas contribuciones a campos como la literatura, el arte, la teología y la filosofía han ejercido una profunda influencia en destacados pensadores de la teología ortodoxa, la filosofía y la expresión artística religiosa. Además, su legado vuelve a ser objeto de investigación y estudio en la actualidad.