Simone Weil dejó París, que había sido declarada ciudad abierta, en junio de 1940. Acompañó a sus padres en un éxodo incierto que los llevó a Marsella en septiembre, una parada obligatoria para aquellos que necesitaban abandonar la Europa en guerra. En Marsella, se relacionó con grupos de resistencia y consideró escapar a Londres para unirse a la lucha. Sin embargo, la salida, que finalmente tenía como destino Nueva York y siempre incluía a sus padres, no se produjo hasta mayo de 1942. Durante este tiempo de espera forzada, Marsella y sus alrededores se convirtieron en una especie de hogar acogedor y un lugar propicio para experiencias y encu
entros importantes en su vida.