Aunque el ensayo es una crítica de la tecnología, está lejos de ser hostil a la razón humana. [] Esto no es de ninguna manera una negación romántica de la tecnología, una actitud que es solo una quimera. No vivimos en islas ni en bosques primitivos, sino donde las máquinas y la organización técnica pueden llegar en cualquier momento. Aquí no hay retorno, sólo una travesía. Los peatones no son los únicos que tienen que estar constantemente en guardia para evitar ser atropellados por los coches; esta vigilancia, aunque más amplia y profunda, es tan importante hoy como lo es para cualquier persona espiritual que mantiene la noción de que es más que una pieza o engranaje en una máquina gigantesca.