Dos personas que leen Tulay y se encuentran (generalmente en un pub) tienden a pensar que tal cosa es una especie de aristocracia y que no hay razón para que un loco la lea -o el resultado es una: no la hay- para Añádanse declaraciones de editores y otras bestias veleidosas, que tratan mis libros como si fueran vino y los guardan en bodegas donde, sin duda, acechan los fantasmas de las catacumbas. 1867-1920) fue uno de los grandes libros de la poesía francesa: CONTRARIMS.Español en el área de habla, Borges y Gilles de Biedma han sido sus mejores lectores. El primero expresa su admiración: Su verso alcanza la perfección.