El día eterno, el primer poemario de Georg Heym, es una obra significativa del Expresionismo alemán, publicada en 1911 durante la vida del poeta. A pesar de su juventud, Heym logró crear una producción poética impactante que recibió una importante acogida. Este libro, dedicado a la metrópolis de Berlín, es una exploración de los sentimientos ambivalentes del autor hacia la gran ciudad, mientras describe paisajes apocalípticos y revela la realidad paralela de los sueños, lo incomprensible y la muerte.
La muerte, un tema recurrente en los versos de Heym, se presenta como un destino inevitable, un presentimiento e incluso una premonición de su propia muerte. En El día eterno, la afinidad entre la escritura y la pintura es evidente: la poesía se basa en imágenes plásticas estremecedoras que trascienden al despertar otros sentidos en los lectores, como el olfato y el oído, creando impresiones de una realidad palpable.
Estos poemas de Heym muestran una mezcla entre lo tradicional y lo novedoso: combinan horribles visiones con una descripción sobria, y presentan una fuerza en las imágenes junto con formas poéticas aún convencionales. Esta combinación única da como resultado una obra poética que sigue siendo relevante y poderosa en la actualidad, capturando la esencia del Expresionismo alemán y la complejidad de la experiencia humana en la modernidad.