Felisberto Hernandez, las aventuras de un pianista pauperrimo, en quien el sentido de lo cómico transfigura el amargor de una vida amasada con derrotas, son el primer apunte del que parten sus cuentos… Así Calvino lo cataloga, dentro de aquel grupo de narradores excepcionales de la literatura hispanoamericana. Nacido el 20 de octubre de 1902 en Montevideo, Uruguay, fue un destacado escritor y pianista. Proveniente de una familia de ascendencia española, desde pequeño mostró joven un talento innato para la música. Estudió piano en el Conservatorio Nacional de Música de Montevideo. Su unión con la música influenció de manera significativa su obra literaria, otorgando una perspectiva única en la narrativa.
Pese a recibir clases de Clemente Colling, sus dificultades económicas serán una constante en su vida, por lo que se verá obligado a tocar el piano en salas de cine mudo, y convertirse hasta 1942 en pianista itinerante por diferentes cafés de Argentina y Uruguay. Su vida amorosa fue también accidentada: se casó cuatro veces. Pese a todo, empezó a probar suerte en el ámbito literario, con su primera novela: Mundo raro (1928). Su maestría en el género de los cuentos se destaca notoriamente en obras como Fulano de Tal, El Caballo Perdido, La Casa Inundada, entre otras. Estos relatos se entrelazan en una obra que es tanto espontánea como profundamente reflexiva, donde el sentido del humor coexiste de manera única con la angustia, y la invención se mezcla con el recuerdo. Muchas de estas historias exploran los procesos de aprendizaje o desaprendizaje, la adquisición o pérdida de habilidades específicas, y presentan personajes que imparten o reciben lecciones, recitan poemas en público, se preparan para rituales nocturnos, a veces bordeando lo ilegal, que involucran alguna forma de profanación de las normas o actividades secretas. Estos eventos se desarrollan en gabinetes de antiguas mansiones, entre desconocidos y jóvenes, iluminados por candelabros. En ocasiones, se manifiesta algo sobrenatural, ligeramente gótico, como el estremecimiento de los visillos con un escalofrío nosferatu.
Pese a haber fallecido el 13 de enero de 1964 en Montevideo, su legado literario ha experimentado un creciente reconocimiento a lo largo del tiempo. Su habilidad para revelar lo mágico en lo cotidiano y su impacto duradero en la literatura latinoamericana siguen siendo elogiados en la actualidad. Su vida estuvo marcada por su búsqueda constante de la esencia poética en la vida diaria, un viaje que se manifiesta de manera vibrante en toda su obra literaria. La cual sigue siendo admirada por su originalidad y por la valiosa contribución que hizo al desarrollo de la narrativa latinoamericana.
|
Los libros de Felisberto Hernández están orientados para un público: Lectores interesados en la literatura fantástica y de lo insólito. Amantes de narraciones que combinan lo cotidiano con lo surrealista. Interesados en relatos que exploran la memoria, los sueños y las obsesiones. Seguidores de la literatura latinoamericana con toques de humor y misterio. Lectores que buscan reflexiones sobre la percepción y la subjetividad. Estudiosos de la narrativa experimental y de vanguardia. Interesados en personajes y situaciones que desdibujan los límites entre lo real y lo imaginario. Amantes de una prosa poética que juega con la introspección y lo inusual. |
