Georges Perec, un destacado y genial escritor francés, abordó el lenguaje como un hábil mago, creando obras narrativas que se han erigido como auténticos clásicos contemporáneos. Nacido en París en 1937, hijo único de Icek Peretz y Cyrla Szulewicz, ambos judios polacos emigrados a Francia en la década de los veinte. Ambos fallecidos (su padre como voluntario del ejército francés y su madre apresada por los nazis por su sangre judía) antes de que Perec cumpliera los diez años. Perec pasó el resto de la guerra al cuidado de sus tíos paternos, que en 1945 lo adoptaron formalmente. Mientras estudiaba Historia y Sociología en la Universidad de la Sorbona comenzó a colaborar con algunas revistas literarias y a sumergirse en todo el ambiente literario parisiense.
En 1960, contrajo matrimonio con Paulette Petras, con quien se mudó a Sfax, Túnez. Durante su estancia de un año en esta ciudad, Paulette trabajó como profesora. Curiosamente, esta experiencia marital sirvió como inspiración para su primera novela, Las cosas (1965), la cual nos pinta un cuadro de una sociedad obsesionada con el consumismo y las tendencias de moda, obteniendo el Premio Renaudot. Perec continuó destacando con obras notables como Un hombre que duerme (1967), una genial novela que nos sumerge en la peripecias de un estante que decide no levantarse de la cama el día de sus exámenes de sociología, abandonar sus estudios, romper toda relación con amigos y parientes, y en recluirse absolutamente en sí mismo. Más tarde explotaría como su primer proyecto cinematográfico, y sobre todo, con La desaparición (1969), una intrincada trama de misterio donde se embarcó en el desafío de no utilizar la letra e, la más común en la lengua francesa, a lo largo de toda la novela.
Perec se unió al grupo literario parisino conocido como OuLiPo, que significa Ouvroir de Littérature Potentielle (Taller de Literatura Potencial), bajo la dirección de figuras destacadas como Raymond Queneau. François Le Lionnais, e Italo Calvino. Perec dedicó su obra maestra, La vida, instrucciones de uso (1978), a Queneau, quien lamentablemente había fallecido poco antes. Esta novela monumental, un fresco posmoderno de la vida parisina, rebosante de referencias culturales y dotado de una narrativa excepcional, le otorgó el Premio Medicis, consolidando así su posición en la escena literaria.
Perec se aventuró en 1981 a Australia con el propósito de colaborar en la Universidad de Queensland. Durante su estancia en este país, se sumergió en la creación de su última obra, 53 días, la cual lamentablemente quedó inconclusa. Tras regresar de Australia, le diagnosticaron cáncer de pulmón y, apenas un año después, en la ciudad de Ivry, falleció a causa de esta enfermedad. A pesar de su breve vida, dejó un legado literario perdurable, consolidándose como una figura destacada en la literatura contemporánea.
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Los libros de Georges Perec están orientados para un público: Lectores interesados en la experimentación literaria y las estructuras narrativas inusuales. Amantes de juegos de lenguaje y narrativas complejas. Interesados en la literatura del Oulipo y las formas literarias constrictivas. Seguidores de historias que exploran la memoria, el olvido y la identidad. Lectores que buscan reflexiones sobre la cotidianidad y lo aparentemente trivial. Estudiosos de la relación entre la escritura y la experiencia personal. Interesados en la combinación de ficción, ensayo y autobiografía en la narrativa. Amantes de textos que desafían las convenciones literarias tradicionales. |
