- NÚMERO DE PÁGINAS
- 224
- FECHA DE EDICIÓN
- 2010-11-25
- PESO
- 366.0
ROBERT WALSER
Robert Walser, uno de los mejores escritores del siglo XX. Su trabajo no fue más que un intento incansable de acallar su miedo. Un autor que nunca siguió sin prescripciones pasadas de moda ni desinfladas. Nacido en Biel, Suiza, en 1878, fue el antepenúltimo de ocho hermanos en una familia de pastores protestantes. A pesar de ser autodidacta, admitió haber asistido a un peculiar colegio que luego parodió en su obra Jacob von Gunten (1909). Walser, conocido por su espíritu nómada, vivió en diversas ciudades como Basilea, Zurich, Viena, Stuttgart, Munich, Berlín, Ginebra y Berna, teniendo hasta 14 domicilios diferentes solo en Berna. Desde los 14 años, trabajó como botones en un banco, aunque su sueño era ser actor de teatro aficionado. Posteriormente, estudió para ser mayordomo, pero esta ocupación fue breve, al igual que muchas otras en su vida, y finalmente se dedicó a trabajar como bibliotecario. A lo largo de su vida, Walser enfrentó la incomprensión y el escaso éxito comercial, viviendo en la pobreza. En la década de 1920, una enfermedad mental lo llevó a ser internado en los sanatorios de Waldau durante 4 años y luego en Herisau, Suiza, donde permaneció por 23 años. Al ingresar a este último lugar, expresó: Me he internado no para escribir sino para enloquecer. Desde 1921, experimentó alucinaciones auditivas y episodios de agresividad, además de abusar del alcohol. Walser era propenso a la soledad y, según el escritor Martin Waiser, era el más solitario de los escritores solitarios. A pesar de su deseo, nunca tuvo una relación de pareja estable y se desempeñó en trabajos mal remunerados que exigían poco intelectualmente, como copiador de textos, ayudante de notario y empleado de oficina.
La distintiva contribución literaria de Walser se destaca por su exploración de lo común y corriente a través de un estilo único. Aunque incursionó en diversos géneros como poesía, ensayos y obras teatrales, alcanzó mayor renombre por sus prosas cortas y novelas, entre las que se incluyen Jakob von Gunten, El paseo, El ayudante y Los Hermanos Tanner. Siempre distinguido por su estilo narrativo singular, caracterizado por una prosa minuciosa que se adentra en los detalles más sutiles de la vida diaria. Sus personajes, a menudo observadores meticulosos, protagonizan narrativas en apariencia simples pero que revelan profundidades filosóficas y emocionales. Su habilidad para encontrar la belleza en lo trivial y su enfoque en la minuciosidad de la experiencia cotidiana lo consolidan como un escritor que va más allá de lo convencional, dejando una marca indeleble en la literatura.
Walser falleció el 25 de diciembre de 1956 en el Hospital Psiquiátrico Herisau, Suiza. A pesar de las dificultades para ver publicadas sus obras y de no alcanzar el reconocimiento literario durante su vida, su genialidad fue apreciada por destacados escritores como Kafka y Hermann Hesse. Este último incluso expresó que si los poetas como Walser se contarán entre los espíritus dirigentes ya no habría guerras, y si tuviera cien mil lectores el mundo sería mejor. Sea como fuere, el mundo está justificado por haber gente como Walser. Otros autores notables como Robert Musil, Thomas Mann y Elias Canetti desempeñaron un papel crucial en la revaluación de la obra de Walser. Canetti fue especialmente elocuente al afirmar que: De todos sus contemporáneos, Robert Walser se ha convertido a mis ojos, exceptuando a Kafka que no existiría sin él, en el más importante.
Los libros de Robert Walser están orientados para un público: Lectores interesados en la literatura suiza y europea de principios del siglo XX. Amantes de historias que exploran la alienación, la soledad y la marginalidad. Interesados en narrativas que abordan el absurdo de la vida cotidiana y la búsqueda de la simplicidad. Seguidores de una prosa delicada, introspectiva y, a menudo, irónica. Lectores que buscan reflexiones sobre la humildad, el anonimato y la desaparición del yo. Estudiosos de la literatura que explora la fragilidad de la mente y la creatividad. Interesados en personajes que navegan entre lo insignificante y lo sublime. Amantes de relatos que, bajo una apariencia ligera, esconden profundas complejidades existenciales. |