Austerlitz, Wagram, Borodino, Trafalgar, Leipzig, Waterloo: estos son los lugares más estrechamente asociados con las Guerras Napoleónicas. Pero, ¿cómo afectó este período de casi continua guerra al mundo más allá de Europa? La inmensidad de los enfrentamientos librados por Francia contra Inglaterra, Prusia, Austria y Rusia, y las consecuencias inmediatas de los temblores que se propagaron desde Francia como resultado, oscurecen las profundas repercusiones que las Guerras Napoleónicas tuvieron en todo el mundo. En esta obra de alcance global, Alexander Mikaberidze argumenta que las Guerras Napoleónicas sólo pueden entenderse plenamente teniendo en cuenta un contexto internacional. Francia luchó por la dominación no solo en las llanuras de Europa, sino también en las Américas, África Occidental y Meridional, el Imperio Otomano, Irán, India, Indonesia, Filipinas, el Mar Mediterráneo, y los Océanos Atlántico e Índico. Abordando regiones específicas por turnos, Mikaberidze analiza importantes eventos político-militares en todo el mundo y sitúa la toma de decisiones geopolíticas dentro de sus contextos a largo y corto plazo. Desde las expediciones británicas a Argentina y Sudáfrica hasta los movimientos franco-rusos en el Imperio Otomano, los efectos de la Revolución Francesa y las Guerras Napoleónicas darían forma a los asuntos internacionales hasta bien entrado el siguiente siglo. En Egipto, las guerras llevaron al ascenso de Mehmed Ali y al surgimiento de un estado egipcio poderoso, en América del Norte, el período transformó y amplió los Estados Unidos recién establecidos, y en América del Sur, el imperio colonial español presenció el inicio de movimientos de liberación nacional que finalmente pusieron fin al control imperial. Narrado con habilidad e investigado profundamente, aquí, por fin, está la historia global completa del período, una que amplía nuestra visión contemporánea de las Guerras Napoleónicas y su papel en sentar las bases del mundo moderno.
