El propósito de este ensayo es explorar las razones por las cuales tanto entre los pensadores jónicos a los que Aristóteles se refiere como los físicos (hoi physikoi), como entre los físicos del siglo XX, se produce un cambio de la física a una reflexión más profunda (después de la física, meta ta physika), que puede llamarse filosofía. Esta transición implica, en gran medida, un cambio desde la investigación inmediata sobre la naturaleza hacia la indagación sobre el propio ser que hace preguntas. En el caso de la física cuántica, este cambio surge debido a la aparición de serias dudas sobre si los principios que, según Einstein, caracterizan el mundo de las ideas en física (realismo, localidad, causalidad, individuación, entre otros) son realmente inherentes a la naturaleza. Entonces surge inevitablemente la pregunta: ¿quién los proyectó en primer lugar? Incluso en los albores de la física jónica, cuando la naturaleza no había dado motivo para cuestionar la vigencia de los principios ontológicos básicos, ya había razones para ir más allá de la disciplina que los physikoi practicaban. La concepción de la physis que posibilitaba la física implicaba considerar que el conocimiento modifica al sujeto que conoce, pero no altera al objeto conocido (la naturaleza se puede descubrir pero no violentar). Sin embargo, la evolución del pensamiento llevó a sospechar que la supuesta naturaleza subsistente solo se apoya en las conjeturas (vacío, átomos, números, etc.) de ese intelecto que inicialmente se veía como un mero observador. En palabras de Wolfgang Pauli, si la física del siglo XX está hecha un lío, podemos concluir que este caos tiene raíces antiguas y que los físicos jónicos ya se vieron envueltos en él.
