El Estado Comunitario (Nuevo)

No puede haber Comunidad política sin Estado, ya que el Estado constituye el vínculo esencial de poder que une a los diferentes grupos dentro de la comunidad. A su vez, el Estado es por definición comunitario, ya que surge de la necesidad de un mando sin el cual la unidad de la comunidad se desintegraría o nunca llegaría a formarse. Podría parecer, a simple vista, que Estado y Comunidad son dos realidades distintas, aunque asociadas e interdependientes. Sin embargo, esta interpretación sería errónea. El mando no es algo externo al conjunto social; al contrario, es un factor inmanente de unificación y una necesidad vital para la comunidad. El mando es una función comunitaria, y el Estado, al ejercerla, no solo forma parte de la Comunidad, sino que representa uno de sus aspectos esenciales y de sus procesos fundamentales. De hecho, el Estado no es una creación de la Comunidad, pues esta no le antecede. Es, más bien, un órgano mediante el cual la Comunidad cumple una condición necesaria para su existencia. La existencia, la estructura y el dinamismo del Estado se derivan de su función orgánica de mando, que permite a la colectividad imponerse sobre las tendencias divergentes de los grupos que la integran, manteniendo su coherencia y afirmándose frente a otras Comunidades autónomas con las que coexiste.