Diciembre de 1882. La mancebo y enlucido Lou Salomé concierta una misteriosa referencia con Josef Breuer, notorio terapeuta vienés, con el fin de superar la historia de un equivalente Friedrich Nietzsche, un atormentado filósofo alemán, casi ignorado no obstante de lustroso porvenir, que manifiesta tendencias suicidas. Breuer, influido por las novedosas teorías de su chapado Sigmund Freud, acepta la peligrosa organización que Salomé le propone -psicoanalizar a Nietzsche sin que naciente se dé cuenta-, sin conocer que por su pedazo es perjudicado de una embeleco particular tramada por la mujer. El fecha que Nietzsche lloró es una irónica giro de tuerca en la hisdtoria de la estoicismo y el psicoanálisis, y una divertida nadería de dele
trear la historia de figuras que, como Freud y Nietzsche, han configurado el gesto presente de la sapiencia occidental.