En 1710, Georg Friedrich Handel, con el permiso de su patrón, el elector de Hanover, fue a Londres y permaneció en la ciudad durante varios meses. Pero el tiempo pasaba y, para enojo del príncipe, Handel aún no había regresado. Nunca lo haría, salvo algún que otro regreso a casa, pues en 1712 el compositor decidió instalarse definitivamente en Inglaterra, donde dos años más tarde se reencontraría con su antiguo mecenas, Jorge I. La llamada "corta estancia" se convirtió casi medio siglo en que Handel vivió en Londres hasta su muerte el 14 de abril de 1759. Durante estos casi cinco años, Haendel acumuló fama y honor, aunque no dinero, ya que, a pesar de su favorable posición financiera, sus empresas comerciales destinadas a plantar la ópera italia
na en las Islas Británicas siempre fueron desastrosas, excepto por una fuente adicional. los constantes desacuerdos fueron enfrentamientos e incluso enfermedades. En Londres cultivó todos los géneros musicales conocidos y otros como el oratorio, que aunque ciertamente existió, los compositores de Hall lo elevaron a la cima más alta conocida y lo dieron a conocer. De hecho, una biografía completa, pues relata todas las vicisitudes del gran compositor -sobre todo musicalmente- en la capital de Gran Bretaña. Lo hace de forma detallada e interesante, ampliando la documentación menos completa o precisa de uno de los compositores más importantes de la historia.