Los Tratados y sermones de Meister Eckhart, escritos en alemán y dirigidos al pueblo, constituyen el núcleo de su mística especulativa neoplatónica y representan sin duda la primera gran obra literaria y filosófica en este idioma.
Siguiendo una espiritualidad influenciada por Agustín, estos escritos proponen un camino hacia la interioridad que paradoxalmente implica deshacer la nada que somos para reencontrar la divinidad que nos constituye y trasciende. Este camino requiere un desprendimiento absoluto de la voluntad, del cuerpo, de los vicios y también de las virtudes, para así alcanzar la infinitud que reside en nosotros y fundirnos con lo eterno. Según Eckhart, no hay salvación por las obras ni por el mérito; incluso las buenas acciones son en última instancia insignificantes. Para abrir espacio a Dios, el yo debe desvanecerse y desaparecer por completo.