Los triunfos y otros escritos (Usado)

Francesco Petrarca: Cuando Dante Alleghieri, fue desterrado de su ciudad, al notario florentino Petrarca di Parenzo, el día 20 de julio de 1304 le nació un hijo en Arezzo: Francesco Petrarca. Falleció setenta años después en 1374, en su querida Italia. Fue un poeta innovador, intelectual original, humanista, el cual colocó en el centro de su actividad el amor y el conocimiento de la antigüedad, elevándose al rango de paradigma del comportamiento y de la conciencia del hombre. Fue un intelectual cosmopolita, que concedió mayor importancia a su propia libertad creativa que a los intereses de tal o cual ciudad, señor feudal, rey o emperador.

Después de una temporada de vagar de un lugar a otro, la familia fija su residencia en Avignon, sede pontificia entonces. Y, sucesivamente, recibiría su primera instrucción en Carpentras y cursará estudios superiores de leyes y jurisprudencia, en las universidades de Monpelier y Bolonia. Más tarde, en 1326 recibió las órdenes sacerdotales menores, y al año siguiente en una iglesia verá por primera vez a Laura, con la que se iniciaría aquella pasión, de tan delicados matices, que le inspiró las más bellas creaciones poéticas y uno de sus libros más famosos: Cancionero (Canzoniere). Desde entonces, podemos afirmar que logró conjugar en su obra un triple amor, por lo femenino personificado en Laura, por la política y por el arte. Fue un ferviente defensor del humanismo, una corriente intelectual que promovía el estudio de las artes liberales y la literatura clásica, como las obras de los antiguos filósofos romanos y griegos. Consideraba que el estudio de estas fuentes clásicas era esencial para el desarrollo de una educación completa y una mente bien formada. Su labor fue cuantísima, principalmente como humanista, escribiendo ensayos, cartas y una variedad de discursos, ensayos que son verdaderamente fundamentales para la historia de la literatura.

Petrarca promovió el interés y el amor por las letras y todo el Arte clásico, de un modo verdaderamente ejemplar, con un estilo literario único dejo una contribución al renacimiento de las letras clásica, dejando una marca indiscutible en poetas (con aquel irreconocible soneto) y en humanistas posteriores.