Santa Hildegarda de Bingen, también conocida como Hildegard o Hildegarda Von Bingen, fue una figura notable en la historia medieval europea, destacando en diversos campos como la teología, la música, la medicina y la escritura. Nacida el 17 de septiembre de 1098 en Bermersheim, cerca de Alzey, en el Sacro Imperio Romano Germánico (hoy Alemania), y fallecida el 17 de septiembre de 1179 en Bingen, fue una monja benedictina, mística, visionaria y profeta. Su vida y obras han tenido un impacto duradero en la historia y la cultura.
Desde temprana edad, Hildegarda mostró un interés inusual por el estudio y la espiritualidad. A los ocho años, ingresó al convento benedictino de Disibodenberg, donde fue educada y cuidada por las monjas. Con el tiempo, se convirtió en la abadesa del convento y, más tarde, fundó su propio monasterio en Rupertsberg, cerca de Bingen, donde vivió gran parte de su vida.
A lo largo de su vida, Hildegarda escribió numerosas obras, incluyendo textos teológicos, tratados sobre medicina y ciencias naturales, música litúrgica, visiones y correspondencia. Sus escritos abordaban temas que iban desde la teología y la filosofía hasta la cosmología y la ética, y a menudo eran producto de visiones místicas que afirmaba recibir de Dios. En palabras de Victoria Cirlot, con Hildegarda precisamente, inicia la tradición visionaria, mística de occidente. Creía, además, que la sabiduría divina, representada a través de estas visiones, era fundamental para comprender la naturaleza y la voluntad de Dios. Sostenía que dicha sabiduría permea toda la creación y que todos nosotros estamos llamados a buscarla para vivir de acuerdo con el plan divino.
Uno de sus trabajos más conocidos es el Scivias (Conoce los caminos), un libro que compila sus visiones y reflexiones teológicas. También compuso música litúrgica, siendo la autora de la ópera Ordo Virtutum, que es considerada una de las primeras obras musicales dramáticas.
Santa Hildegarda de Bingen ha sido canonizada y reconocida como doctora de la Iglesia por su contribución a la teología y la espiritualidad cristiana. Su legado perdura hasta el día de hoy, y su figura es celebrada y estudiada en diversos campos, desde la música, la teología hasta la medicina y la filosofía. Sus escritos continúan siendo objeto de estudio y admiración, su influencia en la historia y la cultura sigue siendo relevante y significativa.
