La Vida de Moisés ha sido considerada por los especialistas como uno de los primeros tratados sistemáticos de espiritualidad cristiana. En ella se propone un camino de perfección en tres etapas, a cada una de las cuales asigna una imagen significativa de la experiencia religiosa de Moisés: la zarza ardiente, la nube y la tiniebla. La secuenciación en etapas manifiesta no sólo el dinamismo que caracteriza a la vida espiritual, sino también su progresividad, hasta el punto de que numerosos autores han seguido este modelo. Sin duda uno de los más influyentes ha sido Dionisio Areopagita y su conocida terminología de las tres vías: purgativa, iluminativa y unitiva. En Occidente, la obra de Gregorio también ha dejado sentir su i
nfluencia en figuras como Juan de la Cruz, quien se inspira en la ascensión de Moisés al monte del Señor para escribir su obra Subida al monte Carmelo.