Este texto cuestiona los Estudios Religiosos que abordan la religión como un fenómeno cultural universal claramente separado de otras esferas de la vida social. Lo hace a través de un análisis antropológico enfocado en dos religiones presentes en India y Japón. La intención es desafiar la visión convencional que tiende a aislar la religión de su contexto social y cultural, proponiendo una perspectiva más integrada que considere la interconexión entre la religión y su entorno sociocultural.