El filósofo Byung-Chul Han dirige su mirada crítica hacia las nuevas técnicas de poder en el capitalismo neoliberal, que acceden a la esfera de la psique y la convierten en su principal fuerza de producción. Han denomina a este fenómeno psicopolítica, un sistema de dominación que, en lugar de emplear un poder opresor, utiliza un poder seductor e inteligente que logra que las personas se sometan por sí mismas al entramado de dominación.
En este sistema, el sujeto sometido no es consciente de su sumisión. La eficacia del psicopoder radica en que el individuo cree ser libre, cuando en realidad es el sistema el que está explotando su libertad. La psicopolítica se vale del Big Data, actuando como un Big Brother digital que se apropia de los datos que los individuos entregan de forma efusiva y voluntaria. Esta herramienta permite hacer pronósticos sobre el comportamiento de las personas y condicionarlas a un nivel prerreflexivo.
La expresión libre y la hipercomunicación que se difunden por la red se convierten en un control y vigilancia totales, conduciendo a una auténtica crisis de la libertad en este sistema de psicopolítica.