Este texto de un Nietzsche joven representa uno de los escritos más profundos desde el punto de vista filosófico durante sus años de enseñanza en Basilea, formando parte de la serie de obras titulada de manera algo enigmática Consideraciones intempestivas. En esta obra, el autor se retrata a sí mismo adoptando la figura de un extranjero. Esta perspectiva de verse a sí mismo como un forastero no es algo nuevo en el legado juvenil de Nietzsche, en parte por la realidad de su situación, ya que vivía fuera de Alemania, en Suiza, un país que no era el suyo. Esta es una de las claves para entender la s
ituación vital en la que se encontraba el autor: una dolorosa sensación de exilio, no solo geográfico, sino también fuera del pensamiento filosófico, historiográfico y cultural predominante en la Europa de esa época.