Stalker es considerada la obra maestra de Tarkovsky y el libro ahonda en el uso de la metáfora, la sugerencia y la temporalidad. "Me he estado preparando para esta película toda mi vida", dice Andrei Tarkovsky. De hecho, Stalker es un gran fruto de la maduración del arte, combinando los anhelos más profundos de la humanidad con una profunda reflexión sobre los medios que utiliza el arte para interesarnos y cumplir su misión. Considerada la obra maestra del efímero legado de Tarkovsky, Stalker se caracteriza por la sencillez de sus medios, el ingenio y la consistencia de su enfoque formal, y el compromiso del equipo de filmación para trabajar en condiciones extremadamente duras. El camino hacia el conocimiento esencial está lleno de peligros y trampas, las líneas rectas no existen, la naturaleza cambia, el regreso es incierto. Esto es lo que nos cuenta el director ruso: desde sus principios poéticos, el libro se acompaña de una explicación del camino en el acosador, que explora la metáfora y la sugestión, el uso de la temporalidad y el mecanismo de atrapar al espectador.